EL GATO Y LA TRAMPA DE RATÓN
Había una vez, un gato negro, con los ojos amarillos, tan amarillos que parecían luces, él era el guardián de la cocina de una vieja choza, que se encontraba en la orilla de un río.
Un día el gato había salido en busca de comida, ya que se moría de hambre y dejó la choza sola, sin cuidado de nadie.
Horas después aparecieron tres pequeños ratones buscando un lugar en donde hospedarse, y fue allí en donde encontraron la pequeña choza.
Tocaron la puerta ¡toc-toc!
como nadie salió, uno de los ratones dijo:
-Entremos, parece que está abandonada y no vive nadie.
Al entrar al lugar, lo primero que hicieron fue ir a la cocina en busca de comida, ya que no habían comido en días.
Al ver que no había nada en el refrigerador y en la despensa, optaron por irse a descansar y que el siguiente día irían a buscar comida.
El gato al llegar a su casa, se da cuenta que la puerta está abierta y se da con la sorpresa de que hay tres ratones durmiendo en su cama.
El gato grito:
-Fuera de aquí invasores
Los ratones al escuchar al gato se asustaron mucho y al no saber qué hacer se echaron a correr, correr y correr…cuando pensaron que no tenían escapatoria vieron un pequeño agujero dentro de la choza y rápidamente corrieron para esconderse
El gato seguía dando vueltas y más vueltas alrededor del agujero
Los ratones al ver que se fue, decidieron tomar la comida que consiguió el gato y poner muchas trampas a su alrededor, para así atraparlo y poderse burlar.
El gato no se percata de las trampas y su gran cola con forma de acordeón quedo atrapada en esa trampa letal.
¡GRRRRR! Gruñó el gran gato.
Fue tan fuerte su gruñir que se escuchó por todo el lugar.
Al final los ratones se sintieron mal, porque el pobre gato lloraba del dolor y decidieron ayudarlo sin importar que les fuera hacer el gato gruñón.
El felino al sentirse ayudado, decidió no tomar venganza por los tres ratones, entonces es allí donde los roedores se disculparon por haberlo lastimado y humillado así, el minino aceptó sus disculpas y también se disculpó por haberlos querido botar de su choza, y al final el gato entendió que no tenían hogar y decidió acogerlos en su humilde morada y así les compartió de su comida y vivieron juntos por un buen tiempo.
REFLEXIÓN
- El gato por querer se ambicioso y no querer compartir con los tres pequeños ratones se llevó una buena lección, pero los ratones no eran como él, ya que ellos decidieron ayudar al pobre gato. Así el gato aprendiendo una lección y le quedo claro que debe compartir con los demás a pesar que sea de distintas especies, porque todos tenemos los mismos derechos y nadie es diferente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario